- Julia monta a caballo y se viste de tarahumara para llevar vacunas a comunidades indígenas
- Su compromiso con la salud pública la impulsa a recorrer zonas remotas a pesar de las dificultades
Ciudad de México
Enlace de la Costa
A pesar de las dificultades que presenta la distribución de servicios de salud en las comunidades indígenas de México, la enfermera Julia Paredes López, con 30 años de servicio, no duda en montar a caballo y vestirse de tarahumara para llevar vacunas a zonas remotas del país. Su perseverancia y compromiso con la salud pública la convierten en un ejemplo inspirador.
Una vocación temprana
A los 17 años, Julia Paredes López vivió una experiencia que marcó su vida para siempre. Al presenciar el entierro de niños y adultos a causa del sarampión en la localidad de Loreto, Chihuahua, nació en ella una profunda vocación por la salud pública.
“Por eso soy una enamorada de las vacunas y siempre le transmito a la gente que las vacunas salvan vidas”, enfatiza Julia, quien ahora, con 50 años y como supervisora estatal del Programa de Vacunación Universal en Chihuahua, comparte su historia con ONU México en el marco del Día Internacional de la Enfermería.
Enfrentando desafíos
En Chihuahua, las largas distancias, las condiciones climáticas y la topografía diversa representan un reto para la distribución de servicios de salud. Julia no ha dudado en recorrer a pie o a caballo durante días para llegar a las comunidades más remotas y atender a quienes lo necesitan.
“Tengo muchas anécdotas e historias de personas que se lograron salvar con la vacuna antirrábica”, cuenta la enfermera. “Me tocaba caminar mucho y a veces cuando llegaba los pacientes ya tenían un estado general muy deprimido y no se salvaban, pero cuando sí lo hacían era una alegría muy grande”.
Un vínculo con las comunidades indígenas
Originaria de Cerro Colorado, Chihuahua, Julia creció en un entorno donde la atención médica era escasa. Esta realidad la impulsó a comprometerse aún más con su labor, convirtiéndose en una figura vital en la provisión de servicios de salud en su comunidad y más allá. Para poder entrar a las comunidades indígenas, adoptó la vestimenta tradicional y aprendió algunas palabras, con ello pudo ganarse la confianza de los pueblos y brindarles atención médica.
Testigo de la evolución del programa de vacunación
A lo largo de su trayectoria, Julia ha sido testigo de la evolución del programa de vacunación en México, enfrentando desafíos como la disminución de las coberturas y la propagación de información falsa en las redes sociales.
“Reconozco el papel crucial que desempeña la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en el fortalecimiento de los programas de vacunación en México y en toda la Región de las Américas para garantizar la salud de la población”, afirma la enfermera.
Un ejemplo de dedicación y compromiso
Julia Paredes López es un ejemplo de dedicación y compromiso con la salud pública. Su historia nos recuerda que, incluso en las circunstancias más difíciles, cada esfuerzo por promover la vacunación puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Fuente: Organización de las Naciones Unidas (ONU)