Aida De Anda Otero
A lo largo de mis años de experiencia, he tenido oportunidad de ver a muchas personas cruzar las oficinas de recursos humanos de una empresa, unas se van, otras se quedan; de este segundo grupo hay ciertas personas que siempre son consideradas para puestos de crecimiento, son los que siempre son nominados para colaboradores del mes, tienen un trabajo seguro y sus jefes y compañeros los aprecian.
Estas personas tienen ciertas actitudes en común, que para mi gusto, son las claves de su éxito y permanencia en una empresa.
1. Se amable con Todos, todo el tiempo.
Es indudable que la cortesía abre las puertas a donde quiera que uno vaya, sin embargo, esto es particularmente importante cuando se trata del centro de trabajo, donde pasamos por lo regular la mayor parte de nuestro tiempo de vigilia. Un saludo amable, una despedida, una sonrisa son una maravillosa carta de presentación, pero ¡Ojo!, el secreto se encuentra en no solo saludar cuando estoy de buenas, o a la gente que me es simpática, se trata de Todos, todo el tiempo.
No basta con ser amable solo un día, para crear ese “halo”, esa impresión de que tu compañía es agradable, que las personas sientan que les da gusto verte por que siempre recibirán de tu parte una sonrisa es una labor que toma su tiempo y debe permanecer por siempre. La buena noticia, es que sonreír y saludar ¡Es gratis!.
2. Quítale problemas a tu Jefe
A nadie le cae bien el compañero que comparte información acerca de todo mundo, mucho menos a tu jefe; está bien darle parte sobre tus actividades y logros diarios, sin embargo, un exceso de visitas a su oficina puede ser percibido como “cansón” si estas son con demasiada frecuencia, mucho más si los temas que le presentas son asuntos sin resolver o que se encuentran en marcha.
Para saber si es necesario visitar a tu jefe en su oficina pasa por los siguientes filtros:
a) El jefe te llamó expresamente a su oficina, en ese caso acude de inmediato
b) El asunto a tratar se sale de tus manos y buscas su consejo para resolverlo
c) El asunto a tratar pone en peligro la seguridad o la dignidad de una persona (incluido tú).
Mantener una comunicación constante no significa que le debas dar razón sobre todo lo que está pasando, ya suficientes responsabilidades y problemas propios tiene el/ella como para resolver los de sus subordinados. Procura entonces ser eficiente, independiente y auto suficiente en tu trabajo, avisa lo que consideres importante y de lo que te pidan información, así mantendrás una imagen de colaborador confiable al que se le puede asignar una tarea y estar seguros de que la cumplirá sin mayores inconvenientes.
Sobra decir que aquellas asignaciones que son instrucciones directas del jefe, deberás cumplirlas a la brevedad y de forma prioritaria, por alguna razón te las asignó a ti.
3. Disponibilidad, disponibilidad, disponibilidad
Todas las empresas, grandes y pequeñas, pasan por momentos de crisis y desorganización, desde clientes inesperados hasta solicitudes de último momento, en esos momentos de trabajo extraordinario es muy probable que se te solicite apoyo, ya sea para trabajar horas adicionales o en tu día de descanso o incluso hacer actividades fuera de tu puesto.
Procura ser la persona que siempre diga: Sí.
Tu empresa debe percibirte como alguien a quien le importan los resultados globales, no solo cubrir un horario, alguien a quien los clientes le son tan importantes como si la empresa fuera suya, no como alguien que busca solo un sueldo. Este es el punto más polémico, pero también el que hace la verdadera diferencia entre aquellos que crecen y los que se quedan donde están.
A las empresas le gustan los buenos colaboradores en las buenas, pero les gustan más los que están ahí en las malas, en los momentos difíciles, es a ellos a quienes se toma en cuenta cuando hay crecimiento, cuando te sea posible, no desperdicies la oportunidad de demostrar que te importa.
Este punto aplica cuando no tienes más responsabilidades que tu trabajo, si eres madre o padre, mantener equilibrio entre tu vida laboral y personal es importante. ¿Qué hacer en estos casos? Asegúrate de poner al servicio de la empresa todo tu potencial en tu horario de trabajo, evita actitudes como: “Eso no me toca” o “No me pagan para hacer eso”, dedica todos tus talentos y experiencia para el beneficio de la empresa y la empresa te llevará tan lejos como ella crezca.
Para finalizar, te invito a hacer la siguiente reflexión: Imagina que tú eres el dueño de una empresa y necesitas colaboradores que hagan ciertas actividades por ti ¿A quienes elegirías, a quienes harías crecer, a quienes conversarías en los tiempos difíciles? Respuesta: A quienes sean amables con todos, todo el tiempo, a quienes te quiten problemas y a quienes te ofrezcan toda su disponibilidad de tiempo y conocimientos cuando sea necesario.(enlacedelacosta.com.mx)