Luis Gallegos
En los últimos cinco meses se ha hablado mucho, de si existe o no una oposición clara a la actual administración. Después de las pasadas elecciones de julio de 2018, los partidos políticos se vieron disminuidos en gran medida, su fuerza política, la posibilidad de ser oposición, se ha reducido prácticamente a cero.
El Partido acción nacional, ha buscado posicionarse como una oposición, sin embargo sus intentos parasen servir de poco o nada, el rechazo de la sociedad hacia los actores políticos del pasado régimen es más que tajante. En una situación similar se encuentran las demás fuerzas políticas del país, en donde el presidente literalmente se ha reído de ellos, y hasta consejo les ha dado, hablando de la poca seriedad que este ve en la que debería de ser su oposición.
Las reacciones del presidente, hacia una “oposición”, si así quiere vérsele, es al diario Reforma, el cual se ha posicionado o lo ha posicionado el mismo titular del ejecutivo, como la principal oposición de este país. Que tan mal deben de estar los actores políticos de este país, para que sea un diario el principal opositor al actual gobierno.
El presidente no debería de considerar a un periódico, como es el caso del Reforma como una “fuerza opositora”, es un periódico. Que si bien Juan Pardinas ha hecho mejor trabajo, que varios actores políticos de “oposición”, es parte del papel que ha asumido el medio de comunicación, muy válido, es su trabajo, pero no para llegar hacer la principal oposición de la actual administración.
La oposición en los partidos políticos, como se ha mencionado se encuentra más que borrada, y sinceramente tomará un tiempo para que esta se vuelva a rehacer. Una verdadera oposición quizás podría formarse en la sociedad civil, en ciertos sectores de la población más que en actores políticos o económicos, como el gobernador de Jalisco o el presidente de la Coparmex, que solo han asomado la cabeza, para luego volver a ocultarse.
La marcha en contra del Presidente López Obrador de la semana pasada, fue una manifestación, no en contra de una política, programa, reforma, o decisión en concreta, sino más bien una manifestación en contra del presidente por ser quien es. Esto habla un poco de cómo se encuentra la oposición en la actualidad, tanto política, como sectores económicos, o en la misma sociedad civil, desorganizada, con falta de idea para formarse como tal.
El desgaste del propio ejercicio de gobernar quizás ayude a que la oposición en este país se vaya consolidando, a que se formen actores, los cuales cuenten con el capital político suficiente para poder ser una verdadera oposición al régimen, un lugar que por lo pronto continuará vacante.(enlacedelacosta.com.mx)