Luis Gallegos
El presidente de los Estados Unidos, ha amenazado a México las últimas semanas, con cerrar su frontera sur, debido al flujo migratorio que según él ha permitido el gobierno Mexicano. Esta acusación ha sido un primer encuentro si así quiere vérsele entre la administración de Donald Trump y la de López Obrador.
Una frontera como la que comparten Estados Unidos y México, con los niveles de comercio que esta representa entre los dos países, según algunos cálculos de industriales se estimaría que el cierre de esta costaría alrededor de dos mil millones de dólares por día. Se interrumpiría con el cierre el paso de 10 mil camiones al día de un país al otro.
Los reclamos no se han hecho esperar, según ha trascendido estos últimos días, la industria automotriz en Estados Unidos sería una de las principales detractoras de esta medida, debido a que muchas de las partes de automóviles se fabrican en México, así como las armadoras que hay en nuestro país. La afectación económica de esta medida como logra observarse tendría un costo elevado, tanto para Estados Unidos como para México.
Las posibles y graves consecuencias que se tendrían en el plano económico, llevarían a una simple conclusión, el presidente de los Estados Unidos está “blofeando”, muy probablemente sea una medida la cual no se atrevería a tomar, pero que en tiempos electorales resulta o podría resultar rentable en su relación con su electorado.
La retórica del muro, parece habérsele terminado, después que por los distintos medios en los que el presidente busco hacerse de financiamiento fracasó, por distintas razones, una de ellas por la oposición del partido demócrata. Las elecciones en Estados Unidos que si bien se celebrarán hasta 2020, el ambiente electoral ya logra palparse, quizás el presidente ya está en su campaña de relección.
La respuesta que ha tenido el gobierno Mexicano, no ha sido, una de confrontación, que si bien al tiempo, en su momento esa clase de respuesta fue altamente cuestionada en la administración anterior, en la actualidad, quizás por lo que logra observarse parece ser la mejor estrategia, no tendría sentido enfrascarse en una batalla de tuitazos.
Una de las promesas que se tenía en la campaña del actual presidente de México, fue que por cada Tweet del presidente de Estados Unidos, el respondería con otro, promesa de campaña que como diría Hernán Gómez afortunadamente no ha cumplido el presidente. La relación entre México y Estados Unidos es más que la simple relación que pudiera existir entre sus dos mandatarios, quizás más aún que la relación entre sus gobiernos, es una relación entre dos naciones.(enlacedelacosta.com.mx)