>> Las colillas de cigarros contienen hasta 400 sustancias tóxicas y están hechas de acetato de celulosa, por lo que tarda en degradarse hasta 10 años.
>> El consumo de tabaco es considerado un problema de salud pública. Más de ocho millones de personas fallecen a causa de su consumo según la OMS.
>> Arrojar una colilla de cigarrillo al suelo es una acción que a algunos les parece insignificante, pero que en realidad genera una huella ambiental más que considerable.
Enlace de la Costa.
Bahías de Huatulco, Oax.
24 de agosto de 2024.
El filtro de un cigarrillo es la parte más contaminante del mismo, ya que está compuesto de acetato de celulosa, un tipo de plástico que se degrada lentamente y es prácticamente indestructible. Al ser desechados, estos filtros liberan sustancias tóxicas y contaminantes que pueden persistir en el ambiente durante décadas.
¿Qué contiene una colilla de cigarro?
- Arsénico
- Nicotina
- Metales pesados
- Hidrocarburos.
Los filtros de cigarrillo, diseñados para retener sustancias nocivas presentes en el humo del tabaco, se vuelven nocivos una vez arrojados al suelo.
Estos filtros se descomponen con el tiempo, liberando lentamente su carga contaminante en el suelo y el agua. Este proceso de exposición prolongada representa una amenaza constante para la salud de nuestros ecosistemas, la reducción de la biodiversidad y la calidad del agua.
Contaminación del agua en cifras
Una sola colilla de cigarrillo es capaz de contaminar hasta diez mil litros de agua. Esta escalofriante cifra destaca la magnitud de la amenaza que representan estas pequeñas pero, desafortunadamente, numerosas colillas.
Imagina un pequeño charco o un arroyo. Una única colilla puede alterar radicalmente el equilibrio de ese frágil ecosistema, poniendo en peligro a todos los seres vivos que dependen de él en cuestión de horas.
Las colillas de cigarro representan más del 30% del total de los desperdicios que hay en el medio ambiente y el desecho más numeroso del planeta hecho por los humanos. Los reptiles, peces y hasta aves mueren envenenados al comer estos desperdicios. Cada colilla de cigarro contiene hasta 400 sustancias tóxicas.
Las colillas de los cigarrillos están compuestas por filtros de acetato de celulosa, un derivado del petróleo, que se utiliza para diluir y enfriar el humo inhalado por los fumadores y para atrapar parte del alquitrán que contienen los cigarrillos. Son la mayor causa de basura en el mundo. Representan entre el 30 y 40% de todos los residuos recogidos cada año en la limpieza urbana y en la de las playas a escala internacional. Se estima que se deshecha 5,5 trillones de colillas por año en todos los rincones del planeta. Sí, 4,5 seguido de dieciocho ceros, una cantidad tremendamente grande.
Generalmente, los fumadores las tiran al piso sin ningún reparo. La lluvia las arrastra a las alcantarillas y terminan en las fuentes de agua más cercanas, ríos, lagos y mares. Para la organización mundial estadounidense Ocean Conservancy, fundada en 1972, una sola colilla de cigarrillo puede contaminar hasta cincuenta litros de agua potable, por la enorme cantidad de sustancias que la componen, como la nicotina, el alquitrán, el arsénico, el plomo y los hidrocarburos poli aromáticos. Una vez que se desintegran, se convierten en micropartículas, que se esparcen rápidamente en el suelo o en el agua confundiendo a los peces y a los mamíferos marinos, que las comen como si fuesen alimento, alterando su ciclo biológico y provocando en muchos casos su muerte.
Un estudio de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), que analizó colillas de cigarrillos de diez marcas que se venden en el país, elaboradas con tabaco rubio, negro, mentolado y light, concluyó que tanto los filtros como el humo contienen altos contenidos de cadmio. Un metal tóxico que es dañino para la salud y el medio ambiente, por lo que alertan que las colillas deberían ser tratadas como residuos peligrosos.
Otro dato a tener en cuenta es que las colillas arrojadas al suelo en áreas forestales, sin ser debidamente apagadas, son causantes de un gran número de incendios.
En la actualidad, las colillas ya son el principal residuo del medio ambiente a nivel mundial. Podemos encontrar colillas de cigarrillo en calles, playas o montes.
Desgraciadamente, de los más de 5,6 billones de cigarrillos producidos anualmente, dos tercios encuentran su triste destino en nuestros océanos.
Prácticamente todas las colillas que se arrojan al suelo en las ciudades acaban llegando al mar. ¿Y cómo puede ser? Las precipitaciones y el viento arrastran estas pequeñas partículas hasta las alcantarillas, llegando así al mar y contribuyendo significativamente a la creciente crisis de contaminación marina a la que nos enfrentamos en la actualidad.
El riesgo que conlleva tirar una colilla de cigarrillo va más allá de la contaminación y la degradación del suelo. En numerosas ocasiones, las colillas mal apagadas desencadenan incendios devastadores, especialmente en zonas secas y boscosas.
Un ejemplo de esta terrible realidad ocurrió en el 2021, cuando un incendio arrasó parte del Parque Nacional del Teide, recordándonos que nuestra negligencia puede tener repercusiones catastróficas para nuestro entorno natural.
Por otro lado, el humo del tabaco que tiene más de 7000 componentes químicos tóxicos, de los cuales alrededor de setenta son sustancias cancerígenas, contamina el aire que respiramos todos, fumadores y no fumadores, provocando interferencias en el transporte del oxígeno a los órganos del cuerpo humano, con consecuencias graves en la salud.
Nadie está a salvo. Ni las personas, ni los mares, ni las montañas, ni el aire, ni las ciudades, ni las playas, ni los ecosistemas están libres de las consecuencias de los desechos tóxicos de las colillas de cigarrillos, que en la actualidad aún no cuentan con ninguna política de tratamiento de residuos.
Si vas a fumar, por favor no tires las colillas de cigarro a la calle, playa, parques o bosques. Colócalas en contenedores, hay personas que las reciclan.