>>Algunos podrían tratarse de pimas hímeris, de un periodo poco estudiado, por lo que se realizarán los estudios pertinentes
Secretaría de Cultura
Cocóspera, Sonora
9 de febrero de 2022
Especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Sonora descubrieron los restos óseos de 12 individuos junto al Templo de la Ex Misión de Nuestra Señora del Pilar y Santiago de Cocóspera, como parte de los trabajos de investigación.
Las tareas arqueológicas, realizadas en diciembre de 2021, consistieron en la excavación de tres de cinco pozos al poniente del templo, con el objetivo de rescatar información en las áreas donde se construirán zapatas de cimentación para una techumbre moderna que protegerá el edificio histórico, acciones programadas dentro del proyecto para su preservación integral.
En la primera etapa de las excavaciones se encontró parte del piso correspondiente a la remodelación del templo, realizada por los franciscanos a finales del siglo XVIII, posteriormente, se localizaron contextos originales del periodo jesuita, etapa ampliamente conocida en fuentes documentales, pero mínimamente identificada arqueológicamente.
Debajo de esta última evidencia se encontró la docena de entierros, correspondiente a individuos juveniles y adultos, de los cuales al menos cuatro fueron sepultados, exhumados y vueltos a inhumar entre los entierros más tardíos que ya no fueron alterados, luego de que el área quedara en desuso como cementerio. Hasta el momento, no se tienen más particularidades de sexo, edad, condición o procedencia.
El arqueólogo responsable de la excavación, Júpiter Martínez Ramírez, menciona que algunos de ellos podrían tratarse de pimas hímeris, de un periodo poco estudiado, por lo que se realizarán las valoraciones pertinentes, aunque, puntualizó, hubo un entierro sin alterar, cuya forma craneal coincide más con el de una persona de origen europeo.
Este cementerio, refiere, es notable porque es testigo de la historia misional temprana de Sonora, y en el estado no se han documentado registros previos, por lo que el potencial de más hallazgos es alto, dado que falta realizar siete pozos y donde podrían encontrarse más entierros.
Puntualizó que detrás del templo de la ex misión existe un cementerio de finales del siglo XIX y en uso durante el XX, pero no tiene relación ni asociación con los recientes descubrimientos.
Cocóspera fue un pueblo de misión fundado por los jesuitas, el cual se mantuvo en constante enfrentamiento con los apaches. El padre jesuita Eusebio Francisco Kino entró inicialmente a los valles del río Magdalena y sus afluentes para congregar a los pimas en las misiones de San Ignacio de Caborica, San José de Ímuris, Nuestra Señora de los Remedios, Nuestra Señora del Pilar y Santiago de Cocóspera, y Santa María Magdalena.
Con la llegada de nuevos misioneros a la Pimería Alta, Kino puso empeño en la construcción de la Misión de Santiago y Nuestra Señora del Pilar de Cocóspera, la cual perteneció al rectorado de Nuestra Señora de los Dolores junto con el resto de las misiones de esa región.
Los especialistas informan que continuarán con las valoraciones y estudios para confirmar datos específicos de sexo, edad y cultura a la que pertenecen los entierros, investigaciones que se realizarán en el transcurso de 2022.
Durante los últimos años, el Centro INAH Sonora ha intensificado acciones para la recuperación del Templo de Cocóspera y la continuación de las investigaciones arqueológicas, lo que ha permitido rehabilitar los muros de adobe para proteger los acabados de los altares de ladrillo recubiertos con aplanados de yeso y restos de pintura mural.
El rescate de la Ex Misión de Cocóspera requiere de acciones de un equipo multidisciplinario: arquitectos, restauradores, arqueólogos, maestros adoberos, albañiles, antropólogos físicos, entre otros, así como la colaboración de las comunidades de los municipios de Ímuris y Cananea, tarea que en 2022 incluirá la participación de los especialistas en restauración de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH, Renata Schneider Glantz y Hugo Orendain, con apoyo de la Embajada de Suiza en México.