Uno de los principales temas en la agenda pública desde hace más de diez años, es el relacionado con la seguridad, en donde, los hechos cotidianos forman parte de un panorama complejo para el país. El Estado de Oaxaca, de acuerdo a algunas encuestas es uno en donde existe menos percepción de inseguridad, sin embargo, ¿Realmente no existe el problema en el Estado?, esta es la pregunta central.
El pasado fin de semana se reportaron cuando menos once personas muertas, entre ellas la de un funcionario de la Fiscalía General del Estado en Tuxtepec, y en otras regiones como Huautla de Jiménez o Salina Cruz en el Istmo.
Un fin de semana, sin duda violento para el Estado, un Estado, en donde, el año pasado, una de sus ciudades más pobladas como fue el caso de Juchitán, ingreso como una de las más violentas del país en la 9° posición, o con una región como el Papaloapan, que de acuerdo al propio Sistema de seguridad nacional, es una de las regiones más inseguras del país.
No podría definirse como un problema quizás todavía grave en el Estado, sin embargo, es importante reconocer los diferentes focos rojos que existen al interior de la entidad.
Estos focos rojos, sin duda deben ser prioridad en la estrategia de seguridad, no solo por parte del gobierno federal, sino también en la operación coordinada con el gobierno estatal.
Los gobierno estatales, siempre han buscado deslindarse del tema de la seguridad, excusándose en el tipo de delitos cometidos, en donde los de mayor impacto son del orden federal, sin embargo, esta no debe ser excusa para evadir su responsabilidad.
El Istmo y el Papaloapan, son algunas de las regiones prioritarias, en el tema de seguridad, los constantes homicidios en estas zonas pueden ir acomplejando la situación, de ahí la necesidad inmediata de poder atender cada uno de estos casos.