Luis Gallegos
La economía Oaxaqueña es de un limitado tamaño, las condiciones sociales en el estado, no necesariamente son las adecuadas para la generación de inversiones importantes que permitan generar los empleos que la población demanda.
El producto interno bruto del estado aporta al país apenas un 1.5%, el PIB per cápita promedia alrededor de los $75,206. Lo anterior coloca al estado en la posición número 31 de 32 en este indicador de INEGI.
El crecimiento del estado, según las últimas cifras ha sido bueno, sin embargo si expandimos más la línea temporal, en los últimos tres años la economía de Oaxaca ha decrecido en 2016 un -1.5% y 2017 un -3.5%.
En Julio de 2019 el Centro de Estudios de Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, reporto que 27 de los 32 estados del país habían generado nuevos empleos y solo en 5 se habían disminuido el número de empleos formales.
Los cinco estados con pérdidas de empleos fueron: Guerrero con 9,040 empleos perdidos, Morelos con 1,573, Chiapas con 1,138, Oaxaca con 931 y Durango con 327, fueron las cifras de empleos perdidos en estos estados durante el mes de Julio.
El estado de Oaxaca depende en su gran medida de trabajos generados por parte del sector público, Profesores, Policías, burócratas, etc., los empleos generados por parte del sector privado son los menos.
Las inversiones más importantes en el estado y prácticamente las únicas en los últimos años se concentran en el Istmo de Tehuantepec, a través de los parques eólicos instalados en la región. La última gran inversión, una histórica realizada por Mitsubishi de 1,200 millones de dólares.
En las regiones del estado se pueden encontrar características particulares en su actividad económica. En la costa Oaxaqueña, sin duda la actividad turística debe ser la principal actividad económica a desarrollar en la región, principalmente en las zonas de Huatulco y Puerto Escondido.
En el Istmo, si bien no sé tiene una generación de empleos todavía importante, las inversiones en parques eólicos han generado algunas fuentes de trabajo, junto con otras industrias como la Cementera Cruz Azul que recientemente se encuentra en una etapa de expansión en lagunas Oaxaca, así como la refinería de Salina Cruz, que si bien solo trabaja a un 34.5% de su capacidad, si es una de las que más produce en el país, de ahí que el PIB del estado dependa mucho de la misma.
Oaxaca, deberá concentrarse en los próximos años en el tema de la generación de empleos, no puede seguir dependiendo de lo generado en el sector público. El proyecto transístmico parece ser una oportunidad, no por el paso del tren, sino por
los incentivos fiscales que se prometen se darán en la región, proyecto que por cierto ha visto aumentado su presupuesto en el paquete económico 2020, queda por ver cómo será la puesta en marcha del mismo.