
>> “Pollito”, de cinco años, y una joven de 16 mueren tras ataque en la Calzada de Guadalupe. La violencia narca en Guanajuato sigue cobrando vidas inocentes.
La calle Durazno, en el barrio de la Calzada de Guadalupe, fue escenario de un crimen atroz el sábado 11 de octubre de 2025, cuando sicarios abrieron fuego contra una familia reunida afuera de su hogar, en un ataque que dejó dos menores muertos y dos personas heridas.
El ataque ocurrió alrededor de las 4:35 de la tarde, cuando dos sujetos a bordo de una motocicleta dispararon sin previo aviso contra las personas que convivían en la vía pública. Las víctimas mortales fueron un niño de cinco años, conocido como “Pollito”, y una adolescente de 16 años, quienes murieron por impactos de bala en la cabeza, según informaron medios locales.
La madre del menor y otra persona más resultaron gravemente heridas, y fueron trasladadas a hospitales de la zona. Vecinos, en medio del pánico, intentaron auxiliar a las víctimas, y la familia del pequeño lo llevó en motocicleta a una clínica, donde lamentablemente fue declarado sin vida.
El ataque, que sacudió emocionalmente a la comunidad, no fue un hecho aislado. Apenas la noche anterior, otro tiroteo en la misma calle dejó a un hombre herido, lo que sugiere una posible cadena de venganzas o una disputa territorial.
Irapuato vive una crisis crónica de violencia, enmarcada por la disputa entre grupos criminales como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y los remanentes del Cártel de Santa Rosa de Lima. A esto se suman los constantes hallazgos de fosas clandestinas, como la reciente fosa descubierta en Molinos de Santa Ana, donde se localizaron los cuerpos de cuatro hombres y una mujer.
La ejecución de dos menores conmocionó las redes sociales. Usuarios compartieron imágenes, veladoras y mensajes de indignación con frases como “¡CON LOS NIÑOS NO!”, exigiendo justicia y cuestionando la estrategia de seguridad federal que, para muchos, ha fracasado en contener la violencia en Guanajuato.
La escena fue tan impactante que vecinos bloquearon el acceso a la policía en un primer momento, enojados por la impunidad con la que actuaron los sicarios y por la falta de resultados de las autoridades locales y federales.
El asesinato de “Pollito” y la joven pone nuevamente bajo escrutinio la estrategia de seguridad en Guanajuato y en todo México, donde el enfoque de “abrazos, no balazos” ha sido severamente criticado. Mientras los discursos oficiales hablan de paz, los cárteles continúan operando con total impunidad en múltiples zonas urbanas y rurales del país.
En lo que va del 2025, Guanajuato ha sido uno de los estados más violentos, con decenas de ataques a bares, viviendas y transportes públicos, muchos de ellos con víctimas civiles, incluidos menores de edad.
El crimen en la calle Durazno no solo es otro caso en las estadísticas de violencia. Es un símbolo del colapso del tejido social y del fracaso del Estado para proteger a los más vulnerables. La muerte de “Pollito”, un niño de cinco años, es una advertencia estremecedora: en México, la infancia está en la línea de fuego.
No se trata de una guerra entre criminales. Se trata de un entorno donde la cotidianidad se ha vuelto una zona de riesgo, donde jugar fuera de casa, sentarse a platicar con la familia o caminar por el barrio puede costar la vida.
Hasta el momento no hay detenidos, y las autoridades no han emitido un comunicado oficial con avances en la investigación. Colectivos ciudadanos y familiares exigen justicia, no solo para esta familia, sino para todas las víctimas invisibles de la violencia narco en Guanajuato.
Redacción: Agencia de Noticias ANSIC.MX
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