Más de 20 asociaciones de empresarios, transportistas, campesinos y comerciantes de la Comarca Lagunera (Durango) han denunciado públicamente una ola de extorsiones sistemáticas presuntamente orquestada por la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM), sindicato encabezado a nivel nacional por el diputado federal morenista Pedro Haces.
A través de un desplegado, los afectados aseguran que la CATEM no actúa como sindicato, sino como fachada de una estructura criminal que impone cobros ilegales a diversos sectores económicos. Las cuotas van desde el transporte de ganado y materiales de construcción, hasta el acceso a agua para riego, control del comercio local y supuesta “protección” a obras públicas y privadas.
Las acusaciones más graves vinculan al sindicato con el cártel Cabrera Sarabia, y apuntan a que quienes se niegan a pagar enfrentan amenazas, represalias y presencia armada de operadores sindicales. “Ya no sabemos si tratamos con un sindicato o con un cártel, pero lo que sí sabemos es que nos están cobrando por trabajar”, declaró uno de los líderes empresariales afectados.
Según los denunciantes, CATEM también interviene en operativos de alcoholímetro, impone precios en el mercado agroindustrial, y cobra hasta 20 mil pesos por hectárea de agua desviada de forma ilegal. Pese a la magnitud de las denuncias, ni la Fiscalía ni la Policía Estatal de Durango han actuado de manera efectiva para frenar estas prácticas.
La percepción generalizada es de impunidad con respaldo político, dado el peso de Pedro Haces dentro del partido Morena y su cercanía con la presidenta Claudia Sheinbaum. La situación ha encendido alertas en la comunidad duranguense y en migrantes organizados en EE.UU., quienes ahora exigen acciones concretas contra esta red de extorsión.
Frente a la falta de respuesta institucional, los sectores productivos comienzan a organizar su propia resistencia, buscando poner fin al control territorial que, aseguran, ha convertido al sindicato en un poder paralelo en la región.
📣 La exigencia es clara: trabajar sin miedo y sin pagar cuotas al crimen.
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