>>>Barrios de CDMX, Guadalajara y Mérida enfrentan alza de rentas y desplazamiento de residentes tradicionales.
Enlace de la Costa
Transformación urbana con alto costo social
La gentrificación, proceso que convierte barrios populares en zonas exclusivas, se intensifica en México, especialmente en Ciudad de México, Guadalajara, Mérida y Querétaro. La llegada de trabajadores remotos, extranjeros y plataformas como Airbnb, junto con políticas urbanas neoliberales, ha generado desplazamiento de residentes y pérdida de identidad cultural en comunidades tradicionales.
Un estudio de la Academia Nacional de Ciencias (2024) revela que, entre 2000 y 2022, los precios de vivienda en CDMX se cuadruplicaron, mientras que en barrios como Condesa y Roma los alquileres subieron hasta un 94%, dejando a muchos vecinos incapaces de costear su propio vecindario. Paul Lara, residente de Condesa, enfrenta el desalojo tras 15 años, luego de que su apartamento fuera destinado a Airbnb o coworking.
Causas estructurales y efectos culturales
Expertos, como Carla Escoffié, destacan que la gentrificación no solo depende de la migración extranjera: las desigualdades preexistentes, la privatización del suelo y políticas de vivienda insuficientes han favorecido la transformación de las ciudades. La proliferación de alojamientos turísticos ha desplazado familias a periferias con menos acceso a servicios y empleo.
El impacto cultural también es evidente. En Roma y Condesa, taquerías tradicionales han modificado sus recetas y pulquerías han desaparecido, reemplazadas por cafeterías y restaurantes que atienden al gusto extranjero. En Mérida, residentes denuncian que la presencia de turistas ha llevado a cambios en festividades locales y tradiciones musicales.
Protestas y respuestas gubernamentales
El descontento social ha generado manifestaciones, como las de julio de 2025 en CDMX, donde los ciudadanos exigieron regulación contra la gentrificación y el aumento de precios. La alcaldesa Clara Brugada anunció un plan de 14 puntos para mitigar el fenómeno, incluyendo regulación de alquileres a corto plazo y creación de unidades de vivienda asequible. Sin embargo, críticos advierten que estas medidas llegan tarde frente al avance descontrolado del proceso.
Un futuro incierto para las comunidades
Mientras la gentrificación impulsa la economía urbana y el turismo, también profundiza la segregación social y la pérdida de identidad cultural. Colectivos como Juventud por la Vivienda denuncian que se trata de un “despojo disfrazado de progreso”. Expertos de la UNAM, como Luis Salinas, subrayan que el problema se basa en desigualdades estructurales y no únicamente en la presencia de extranjeros, y llaman a políticas que prioricen el derecho a la vivienda.
México enfrenta el reto de equilibrar desarrollo urbano y turismo con la preservación de sus comunidades, asegurando que el progreso no excluya a quienes han hecho de estos barrios su hogar.
Fuente: Academia Nacional de Ciencias, OlaBranding, El Financiero, Inside Airbnb, declaraciones de residentes y colectivos ciudadanos.