
>>Su nacimiento en Ohio marca un récord mundial y plantea nuevos retos científicos, éticos y emocionales en la reproducción asistida.
Enlace de la Costa
Ohio, EE.UU., 4 de agosto de 2025.– Thaddeus Daniel Pierce nació el pasado 26 de julio en Ohio, Estados Unidos, y desde su primer respiro ya había hecho historia. Su desarrollo proviene de un embrión criopreservado en mayo de 1994, lo que lo convierte en el caso más prolongado de conservación embrionaria que culmina en un nacimiento exitoso. El hecho ha sido catalogado por medios internacionales como un “hito sin precedentes” en la medicina reproductiva.
La madre adoptiva del menor, Lindsey Pierce, de 35 años, declaró que el parto fue complicado, pero que ambos se encuentran en buen estado. “Estamos asombrados de tener este precioso bebé”, expresó al MIT Technology Review. Para su esposo Tim, de 34 años, la experiencia es casi irreal: “Cuando ese embrión fue creado, yo era un niño”.
Una historia que comenzó hace tres décadas
Thaddeus fue uno de los cuatro embriones concebidos por Linda Archerd en 1994, cuando tenía 31 años y enfrentaba infertilidad. El primero fue implantado con éxito y dio vida a una niña que hoy tiene 30 años. Los otros tres fueron congelados y custodiados por Archerd durante décadas, incluso tras su divorcio.
Ante la llegada de la menopausia, Linda enfrentó la difícil decisión de qué hacer con los embriones. Su postura cristiana la llevó a rechazar su destrucción o uso científico y optó por la adopción embrionaria mediante el programa Snowflakes, pionero en este tipo de procesos en Estados Unidos.
Obstáculos técnicos y emocionales
La longevidad del embrión presentó desafíos excepcionales. Más del 90% de las clínicas se niegan a aceptar embriones de más de 20 años. Sin embargo, en 2022, el programa Open Hearts especializado en casos complejos aceptó el procedimiento.
Sarah Atkinson, embrióloga de la clínica Rejoice Fertility, explicó que fue necesario recurrir a protocolos antiguos de descongelación, incluso manipulando frascos de vidrio sellados con cuchillas de diamante bajo nitrógeno líquido. “Me corté la mejilla en el proceso, pero los embriones sobrevivieron”, recordó.
De los tres embriones descongelados, solo dos fueron viables y transferidos al útero de Lindsey el 14 de noviembre de 2024. Uno prosperó y dio origen a Thaddeus, tras siete años de intentos fallidos de la pareja por formar una familia.
Más que un récord
El caso no solo desafía los límites biológicos, sino que también plantea cuestionamientos éticos, legales y emocionales. En un giro genealógico sorprendente, Thaddeus es hermano biológico de una mujer de 30 años y tío de una niña de 10.
Linda Archerd, la madre genética, se mostró conmovida al ver fotos del recién nacido: “Se parece mucho a mi hija cuando era bebé. No hay duda de que son hermanos”. Aunque no hay planes inmediatos de un encuentro, la posibilidad de conocer a la familia receptora se vislumbra como “un sueño hecho realidad”.
Este caso se suma a una tendencia emergente en Estados Unidos donde millones de embriones permanecen congelados en clínicas, en espera de una decisión. La adopción de embriones, aunque aún minoritaria, surge como una vía ética y emocionalmente compleja para muchas personas.
Fuente:
MIT Technology Review, Rejoice Fertility, Snowflakes Embryo Adoption Program, entrevistas con protagonistas