El recital celebró el centenario del pintor con piezas clásicas y mexicanas, y un dueto que conmovió al público.
Enlace de la Costa
La Orquesta Sinfónica de Oaxaca (OSO) ofreció un emotivo concierto en el ex convento de Santo Domingo de Guzmán, como homenaje al centenario del natalicio del pintor Rodolfo Morales, originario de este municipio. Bajo la batuta del maestro Faustino Díaz, la presentación reunió a autoridades culturales y público general, quienes disfrutaron de un programa cuidadosamente seleccionado para celebrar el legado artístico del homenajeado.
El evento contó con la participación especial de la soprano Ana Rosalía Ramos y el tenor Rodrigo Petate, quienes interpretaron piezas líricas que arrancaron ovaciones del público reunido en el recinto histórico. La velada, organizada por la Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca (Seculta), fue encabezada por su titular, Flavio Sosa Villavicencio.
El concierto inició con la obertura de La urraca ladrona de Gioachino Rossini, una pieza vibrante y técnica que marcó el tono de la noche. Posteriormente, la soprano Ramos emocionó al interpretar De mi amor el sol hermoso de Keofar, una romanza que retrata el sufrimiento amoroso con una carga lírica profunda.
El tenor Rodrigo Petate continuó con Fra poco a me ricovero, aria que representa el colapso emocional de un joven traicionado, logrando una interpretación intensa que resonó entre los asistentes. Ambos artistas compartieron escenario en el dueto È il sol dell’anima, donde sus voces se entrelazaron para transmitir un mensaje de esperanza y trascendencia a través del amor.
La noche también incluyó Las bodas de Luis Alonso, una alegre zarzuela acompañada por castañuelas que aportaron un toque festivo. Más adelante, Ramos y Petate interpretaron Solamente una vez de Agustín Lara, demostrando una vez más su solvencia vocal y expresividad emocional.
El cierre fue con el emblemático Huapango de Moncayo, considerado por muchos como el segundo himno nacional. Esta pieza fue dedicada especialmente a la memoria de Rodolfo Morales, como un puente entre el arte visual que lo caracterizó y la riqueza musical mexicana.
La velada sinfónica no solo conmemoró el legado de uno de los artistas plásticos más importantes de Oaxaca, sino que también reafirmó el papel de la música como vehículo de identidad y orgullo cultural. “Con este concierto honramos la vida de un hombre que convirtió a su tierra en arte y al arte en memoria colectiva”, expresó Faustino Díaz al finalizar la función.
Fuente:
Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca