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Evangélicos abandonan sus hogares en Coamila y Rancho Nuevo, Hidalgo, por intolerancia religiosa

>>A pesar de colaborar en obras sociales, los creyentes fueron despojados de varios derechos, como el acceso al cementerio y a beneficios gubernamentales, y sufrieron agresiones físicas graves, ya que se negaron a participar en faenas para la iglesia católica

Noticiero Milamex
Huejutla, Hidalgo
27 abril, 2024

Alrededor de 100 evangélicos de la Iglesia Bautista Fundamental La Gran Comisión, salieron de sus hogares en las comunidades de Coamila y Rancho Nuevo el día 26 de abril. Acudieron a la presidencia municipal de Huejutla, Hidalgo, para pedir asistencia ante la severa intolerancia religiosa que sufren.

La crisis más reciente inició el 25 de marzo cuando fueron detenidos el pastor Rogelio Hernández Baltazar y otros dos creyentes en la delegación de Coamila. Después de 48 horas de diálogo con la mediación de un delegado de comunidad, se firmó un acuerdo y salieron libres.

Sin embargo, haciendo caso omiso del acta firmada, a principios de abril los residentes de Coamila comenzaron a invadir cinco terrenos de evangélicos, destruyendo cosechas, cortando árboles y removiendo piedra. Tres casas fueron cercadas, impidiendo a los dueños accesar sus viviendas. En varias ocasiones los creyentes fueron atacados físicamente, una vez con machete, y casi todas las noches intentaron derribar la puerta de la casa del pastor.

El problema de intolerancia religiosa se ha dado desde 2016, pues los residentes no quieren la presencia de ninguna religión que no sea la tradicional. A pesar de que los creyentes siguieron cooperando en las obras de beneficio social, mas no en faenas para la iglesia católica, fueron sistemáticamente despojados de sus derechos de uso del campo santo, asistencia de los niños a la escuela, acceso a los pozos de agua y a beneficios de gobierno, derecho de libre tránsito, cultivo y posesión de terrenos, además de múltiples agresiones físicas graves.

Se informó a las autoridades competentes en varias ocasiones, pero nunca se recibió una respuesta efectiva, y la persecución religiosa ha seguido avanzando.

Así fue como el 25 de abril, los habitantes de Coamila en conjunto con la comunidad de Rancho Nuevo, cortaron el servicio eléctrico de todas las familias evangélicas, saquearon y cercaron el templo, y colocaron guardias en los accesos a la comunidad. Los creyentes, bajo amenaza e incomunicados, no tuvieron más remedio que salir caminando, dejando sus casas y terrenos.

El día 30 de abril, los afectados fueron reubicados en la Unidad Deportiva de Colalambre, donde solamente tienen uso parcial de agua, a simple vista las instalaciones no son las adecuadas para su permanencia. Hasta le fecha, siguen sin obtener una respuesta satisfactoria por parte de las autoridades gubernamentales para regresar a sus hogares.

 

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