>>Evelia García Cruz, propietaria de la farmacia “Hidalgo” en la Villa de Etla, es ejemplo de dedicación y disciplina al brindar sus servicios con medidas extremas de prevención
Enlace de la Costa
Villa de Etla, Oaxaca
03 de junio de 2020
Las farmacias han sido de los pocos establecimientos permitidos por las autoridades para su continua operación durante la emergencia sanitaria, ya que son esenciales para proveer de medicamentos a las personas que se encuentran enfermas o mantienen un tratamiento. Por ello, estos negocios han tenido que establecer medidas sanitarias rigurosas a fin de seguir brindando el servicio y evitar los contagios.
Un buen ejemplo de dedicación y disciplina es la farmacia “Hidalgo”, ubicada en el corazón de la Villa de Etla, la cual ha sido esencial para el cuidado de la salud de la población de este lugar desde hace más de 30 años, una labor que refuerzan hoy de manera responsable ante la pandemia del COVID-19.
Evelia García Cruz, propietaria de esta farmacia, señaló que han adoptado en su establecimiento las medidas preventivas establecidas por las autoridades sanitarias, como son el uso obligatorio de cubrebocas, tanto para el personal como para los clientes, así como el lavado constante de manos, para lo cual instaló un recipiente con agua y jabón a la entrada del local, además de alcohol en gel.
“Hemos aprendido a guardar sana distancia, tenemos gel en el mostrador para los clientes, el recipiente de agua en la entrada para que se laven las manos; también constantemente estamos desinfectando con agua y cloro los mostradores, la limpieza del piso también tratamos de que sea constante en cuanto se van los clientes”, expresó Evelia.
También resaltó que como medida higiénica tanto para ella, como para su personal, han adoptado el cierre del local durante una hora al día, para que puedan ingerir sus alimentos con las medidas higiénicas extremas.
“Tenemos que cerrar porque al llegar un cliente tenemos forzosamente que tocar también el dinero, lo que nos pondría en riesgo, así que de manera personal decidí tomarnos una hora para la comida, evitando así posibles contagios y posteriormente reanudar con las actividades”, dijo.
Evelia señala que, al ser la suya una pequeña empresa familiar, le ha sido difícil en muchas de las ocasiones competir con las grandes cadenas farmacéuticas, pues tan sólo en los precios de productos como los cubrebocas el costo se elevó por su alta demanda, situación que la ha obligado a buscar al proveedor con los mejores precios y así apoyar la economía de las familias etecas y de otras comunidades que prefieren comprarle a ella.
Añadió que uno de los motivos principales por los que su farmacia ha seguido operando es porque sabe que con ello contribuye a la salud de muchas personas, principalmente de otras comunidades que prefieren estos negocios a las grandes cadenas.
“Vienen incluso personas de San Miguel Aloapam, Teococuilco de Marcos Pérez, de las Guacamayas, San Juan del Estado, y muchas otras poblaciones, incluso de la Cañada; por eso para nosotros es muy valioso contribuir con el cuidado de su salud”, finalizó.