Luis Gallegos
El gran tema de los últimos días ha girado en torno, al acuerdo al que llego el equipo de México encabezado por el Secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard, con el equipo estadounidense. El canciller mexicano ha anunciado que como parte del acuerdo se han desplegado seis mil integrantes de la guardia nacional en frontera sur el país, como parte de una estrategia que tendrá como límite para generar resultados 45 días.
En estos días se ha defendido la presencia, de la guardia nacional como si se tratase de una decisión unilateral por parte del Estado Mexicano, sin embargo si logra percibirse como fue una decisión tomada con base en las presiones del gobierno de Estados Unidos. Una de las principales críticas realizadas a esta iniciativa, hace referencia a si con anterioridad se había mencionado la incapacidad del ejército, que en buena medida integran la guardia nacional para respetar derechos humanos en asuntos delictivos, cuál será el resultado de este mismo ejercito a través de la guardia nacional en temas migratorios.
La posición del presidente Trump, es tan cambiante, que francamente podría ser imposible predecir que seguirá y más aún en tiempos ya electorales para los Estados Unidos. El presidente Trump ha sacado a la luz varios “acuerdos extras” que se tomaron como la compra de más productos agrícolas por parte de México hacía Estados Unidos, hasta un tema que según el presidente Trump tendría que pasar por el congreso mexicano, algo que el propio gobierno mexicano ha negado.
El acuerdo firmado por ambos gobiernos, podría tomarse no como una victoria propiamente pero si como un buen arreglo que cumplió su objetivo principal, evitar que se le impusiera un arancel progresivo a México. El acuerdo también tranquilizo al menos por ahora a los mercados financieros, en donde en el tipo de cambio el peso se ha visto fortalecido a raíz del acuerdo.
El canciller, sin duda buscará obtener el mayor número de victorias a nivel internacional, el busca ser uno de los presidenciables, está claro. También claro, se encuentra el escenario complejo en la relación México-Estados Unidos, hasta noviembre de 2020, cuando se celebren los comicios en el país vecino.
Marcelo Ebrard, ha sido uno de los principales impulsores del plan especial para centro América y el sureste de nuestro país, logró que Estados Unidos respaldará uno de sus principales proyectos como Secretario de Relaciones Exteriores, como parte de sus triunfos personales.
El acuerdo firmado también, le deja varios temas adversos al canciller y a México, en donde ya hay una presión más álgida por parte de Estados Unidos de la que se tenía, porque México se convierta en tercer país seguro, que básicamente provocaría que el país se convirtiera prácticamente en único responsable de la
migración de centro América a Estados Unidos, cuando México solo es en la mayoría de los casos un país de paso, pero quedando en medio del problema.
El panorama planteado estos días por parte del gobierno mexicano, hace pensar que el encargado de todo el tema migratorio en México será el propio Marcelo Ebrard que cuando menos en este tema ha desplazado a la Secretaría de Gobernación Olga Sánchez Cordero.(enlacedelacosta.com.mx)