
La tragedia en Veracruz ha cobrado una nueva dimensión. Tras las inundaciones provocadas por el desbordamiento del río Cazones en Poza Rica, estudiantes de la Universidad Veracruzana (UV) denuncian la desaparición de al menos 192 compañeros de la Facultad de Ciencias de la Salud, una cifra que contrasta drásticamente con los 18 desaparecidos reportados oficialmente en todo el estado.
Las lluvias torrenciales en el norte de Veracruz ya han dejado 29 muertos confirmados y múltiples comunidades devastadas. Sin embargo, la atención se ha centrado en los jóvenes universitarios foráneos, muchos de ellos residentes en zonas bajas y vulnerables. Testimonios en redes sociales relatan búsquedas desesperadas por parte de familias que, al no recibir respuestas oficiales, han optado por buscar por su cuenta, entre lodo y escombros.
El rector de la UV, Martín Aguilar Sánchez, inició un censo interno que, hasta ahora, ha confirmado la muerte de dos estudiantes. Pero las cifras extraoficiales que circulan en redes apuntan a una realidad mucho más dolorosa. “¿Dónde están nuestros compañeros?”, reclamaron estudiantes directamente a la presidenta Claudia Sheinbaum, quien visitó Poza Rica el domingo y aseguró que no se ocultará información.
En medio de este clima de desconfianza, se ha convocado una megamarcha para el 17 de octubre en ciudades como Xalapa, Veracruz, Orizaba y Coatzacoalcos. En Poza Rica y Tuxpan, la manifestación se aplazó al 24 por la emergencia. La consigna es clara: “Nuestros compañeros no son un número”.
Esta crisis ha puesto en evidencia la falta de protocolos de alerta temprana, la vulnerabilidad de estudiantes foráneos, y las dudas sobre la transparencia en emergencias. A la par, crece la exigencia de un censo verificable de desaparecidos, apoyo a las familias y rendición de cuentas.
En palabras de una madre buscadora: “Lo que no hizo el gobierno, lo hicimos los vecinos con palas y esperanza”. El dolor se desborda como el río. Pero también la exigencia de justicia.