
> El portavoz hutí, Mohammed Abdulsalam, condenó los ataques calificándolos de “agresión estadounidense” y “una clara violación de la soberanía de un Estado independiente”
Enlace de la Costa
Washington
31 de diciembre de 2024
Estados Unidos confirmó haber llevado a cabo ataques aéreos contra objetivos militares hutíes en Saná, la capital de Yemen, controlada por estos rebeldes apoyados por Irán. Los bombardeos, realizados el lunes 30 y el martes 31, tuvieron como principales blancos un centro de mando y control, así como instalaciones utilizadas para la producción y almacenamiento de misiles y drones, según informó el Comando Central de Estados Unidos (Centcom).
Operaciones militares y objetivos alcanzados
De acuerdo con Centcom, estos sitios estaban relacionados con operaciones contra navíos de guerra estadounidenses y buques comerciales en la región del Mar Rojo. Además, detalló que aviones de la Armada y la Fuerza Aérea de Estados Unidos destruyeron un radar hutí en la costa, siete misiles de crucero y varios drones de ataque.“Los ataques forman parte de una estrategia para debilitar las capacidades de los hutíes, quienes representan una amenaza para socios regionales y el tráfico marítimo en la zona”, señaló el comunicado oficial del ejército estadounidense.
Reacciones locales e internacionales
Testigos en Saná informaron a la AFP haber escuchado “varios bombardeos en diferentes puntos de la ciudad”, mientras que el portavoz hutí, Mohammed Abdulsalam, condenó los ataques calificándolos de “agresión estadounidense” y “una clara violación de la soberanía de un Estado independiente”. También los acusó de “apoyar flagrantemente a Israel” en el contexto del conflicto en la Franja de Gaza. Desde octubre de 2023, cuando se intensificó la guerra entre Israel y Hamas, los hutíes han incrementado el lanzamiento de misiles y drones hacia territorio israelí, en solidaridad con los palestinos. Asimismo, han atacado embarcaciones vinculadas a Israel, Estados Unidos y el Reino Unido que transitan por el Mar Rojo y el Golfo de Adén.
Fuente: La Jornada