
> La repercusión de los conflictos armados sobre los niños y niñas de todo el mundo ha alcanzado niveles devastadores
Enlace de la Costa
Nueva York
30 de diciembre de 2024
Se calcula que más niños y niñas están viviendo en zonas de conflicto o se encuentran desplazados por la fuerza a causa de las guerras y la violencia. Los derechos de la infancia se ven sistemáticamente vulnerados en este tipo de situaciones ya que, un número récord de niños y niñas afectados por conflictos han muerto o han resultado heridos, adémas, se han visto obligados a abandonar la escuela, no han recibido las vacunas esenciales o padecen graves niveles de desnutrición. Actualmente, se prevé que las cifras sigan aumentando. Los conflictos generan aproximadamente el 80% de todas las necesidades humanitarias en el mundo, al ser uno de los causantes de la interrupción de servicios esenciales como el agua potable, los alimentos y la atención médica.El número de situaciones de conflicto en todo el mundo es el más alto registrado desde la Segunda Guerra Mundial. Además, el porcentaje de niños y niñas que viven en estas regiones se ha duplicado, pasando de alrededor del 10% en la década de 1990 a casi el 19% en la actualidad.
El aumento adicional en el número de niños y niñas desplazados por la intensificación de los conflictos, se ha dado particularmente en el Estado de Palestina, Haití, Líbano, Myanmar y Sudán. Dada la tendencia mundial al alza en el número de violaciones graves –en Gaza, por ejemplo, miles de niños y niñas han muerto y otros tantos han resultado heridos, y las Naciones Unidas constataron más víctimas infantiles en Ucrania en los nueve primeros meses de 2024 que en todo 2023, es probable que las cifras de este año sean aún más altas. En Haití, por ejemplo, en lo que va de año, el número de denuncias de casos de violencia sexual contra la infancia ha aumentado en un 1000%. En estas situaciones, además, los niños y niñas con discapacidad suelen estar expuestos de forma desproporcionada a la violencia y la vulneración de sus derechos. La educación también se ha visto gravemente perturbada en las zonas donde hay conflictos. Se calcula que en los países afectados hay más de 52 millones de niños y niñas sin escolarizar. Los niños y niñas de la Franja de Gaza y buena parte de los de Sudán, por ejemplo, llevan más de un año sin ir a la escuela, y en países como Ucrania, la República Democrática del Congo y Siria, los centros educativos han sido dañados, destruidos o utilizados con otros fines, lo que ha dejado a millones de niños y niñas sin acceso a la educación.
La desnutrición infantil en las zonas en conflicto también ha alcanzado niveles alarmantes. En Sudán, por ejemplo, este año se ha declarado la primera situación de hambruna desde 2017, concretamente en Darfur del Norte. Por otro lado, se calcula que en 2024 más de medio millón de personas de cinco países afectados por conflictos están viviendo en la Fase 5 de la CIF*, la situación más extrema en la escala de inseguridad alimentaria.
Los conflictos también tienen un efecto devastador sobre el acceso de la infancia a los servicios de salud básicos. Alrededor del 40% de los niños y niñas que no están vacunados o que no han recibido todas sus vacunas viven en países parcial o totalmente afectados por conflictos. Estos niños y niñas suelen ser los más vulnerables a brotes de enfermedades como el sarampión y la poliomielitis, debido a la inseguridad y a la falta de acceso o la interrupción de los servicios de salud y nutrición.
La repercusión sobre la salud mental de los niños y niñas también es enorme. En los más pequeños, la exposición a la violencia, la destrucción y la pérdida de seres queridos puede manifestarse mediante depresión, pesadillas y trastornos del sueño, así como a través de comportamientos agresivos o retraídos, tristeza y miedo.
El año 2024 también se ha convertido en el más mortífero de la historia para el personal humanitario: 281 trabajadores humanitarios han muerto en todo el mundo, una cifra que supera las registradas anteriormente.
Con información de UNICEF.